La familia es el espacio para educar y educarnos en las emociones, porque busca el desarrollo integral de las personas en aspectos cognitivos y emocionales, busca la armonía entre emoción y pensamiento.

La conciencia emocional se trabaja en los más pequeños tratando de poner en palabras sus emociones, reconocerlas y expresar cómo me hacen sentir.

Aunque seamos diferentes en todos los aspectos –talento, aptitudes, intereses, temperamento–, todos podemos crecer a través de la dedicación y la experiencia.