Todos los días decidimos qué comunicar y cómo hacerlo. A veces nuestra forma de expresarnos complica las cosas en lugar de facilitarlas.
Aunque comunicamos en todo lo que somos y hacemos, indiscutiblemente el diálogo ocupa un lugar preponderante.
El diálogo matrimonial compromete. De cada tema importante se sacan propósitos, pequeños o grandes, a corto o mediano plazo, pero tienen que salir con un propósito.